Señor de la Vanguardia
CAMILO EN LA MEMORIA DE ESMERALDA

Testimonio de una mujer camagüeyana quien con 12 años abrazó al Héroe de Yaguajay a su regreso de Nueva York, en marzo de 1959

COMO DECÍAN los viejos de antaño, Esmeralda era una "vejiga" cuando conoció a Camilo en marzo de 1959, en Miami, adonde ella había viajado tres años antes para estudiar y acompañar a su tía Martha Vázquez, una cubana residente en los Estados Unidos desde 1945 y que se enroló allí en los trajines revolucionarios.

Camilo para esos días, junto a otros comandantes guerrilleros, visitó Nueva York y al regreso el avión hizo escala en Miami. La noticia la conoció mediante su tía, a quien el Movimiento 26 de Julio puso al corriente de lo que iba a suceder.ma3-3.jpg (14200 bytes) 

Entre los cubanos que estaban en la terminal aérea se hallaba Esmeralda, aquella muchacha menudita, de 12 años, vestida con una falda larga y ancha, pelo recogido y una cola de caballo, estampa típica de la época.

"Realmente mi reacción fue salir corriendo para la pista hacia donde estaba Camilo, me abracé a él y lo único que yo decía era ¡Camilo, Camilo!"

La foto que acompaña esta entrevista-testimonio corrobora cómo Esmeralda transitó de brazo junto al Héroe de Yaguajay, después del chequeo de los documentos en Inmigración.

A su paso, desde atrás, los compañeros del 26 de Julio, le pedían que le comunicara a Camilo que esa noche en el Círculo Cubano habría una reunión, querían que asistiera y les hablara.

Era la primera vez que ella dejaba de ir a la escuela, la segunda ocurrió cuando la trágica desaparición de Camilo. Del aeropuerto fue para el Círculo Cubano a ayudar a organizar y ordenar el local, situar la bandera cubana, la del 26 de Julio y las fotos de Fidel y Martí.

Cuando él llegó la gente salió corriendo a su encuentro, Esmeralda Avila Vázquez permaneció sentada en la primera fila, y al entrar Camilo este le dijo: "Muchachita, ¿tú estás aquí, no has ido a tu casa?". Andaba con la ropa del mediodía.

La inquietud no la dejaba estar tranquila, dio la vuelta por detrás del podio hasta ubicarse en el suelo entre Camilo y Almeida. Casi todos los comandantes que lo acompañaban hablaron.

"Camilo era la atracción, con esa espontánea sonrisa y esa palabra hablándonos de la Revolución, de la lucha y de todos los proyectos que tenía el país, dándonos aliento a los cubanos que estábamos queriendo regresar."

CAMILO UN HOMBRE CARISMÁTICO

Esmeralda tuvo que sortear no pocos escollos para regresar a Cuba, entre ellos, la presión de la mamá para que terminara la secundaria, pero se impuso su voluntad y en junio de 1960, cuando vino de vacaciones, no regresó más.

Muchas cosas le pasaron en Miami antes de venir. Al triunfo de la Revolución los primeros elementos que llegaron allí eran gente que huían de la justicia, ladrones del erario público y asesinos de revolucionarios. Las amenazas eran permanentes hasta el grado de que en su casa pusieron una bomba, e intentaron hacerle atentados a la tía (definitivamente volvió a la Patria en 1962).

De los norteamericanos no faltaron provocaciones, pero la respuesta de ella no se hizo esperar. Recuerda la vez que una maestra leyó un artículo del New York Times en que cínicamente se decía que en Cuba estaba corriendo la sangre y que Castro era un asesino. Sin encomendarse a nadie cogió un libro y se lo tiró a la cabeza.

"Recuerdo perfectamente a Camilo. No se me olvida aquella sonrisa amplia, alto, delgado, con su sombrero, afectuoso, afable, con un carisma que sabía ganarse el cariño de todo el mundo, con una facilidad tremenda, de cómo hablaba cosas lindas que la Revolución iba a hacer en la educación, la salud, de todo el programa que tenía la Revolución", dice Esmeralda después de 40 años.

Al recibir la noticia de la desaparición del héroe no pudo contener las lágrimas, al igual que miles de cubanos. "Fue terrible. Cuando propalaron que Camilo había aparecido fue una alegría enorme, sin embargo, cuando definitivamente anunciaron que fue una falsa alarma, al otro día no fui a la escuela, fue una cosa muy triste. Mi tía enfermó, estuvo una semana en cama".

¿QUIEN ES HOY AQUELLA NIÑA?

La fotografía que conserva junto a Camilo es para Esmeralda una reliquia, fue difundida en el diario Las Américas, de Miami, llegó a sus manos, junto a otras cinco, mediante un fotógrafo de origen cubano, encargado de dejar constancia gráfica de todas las actividades del 26 de Julio. Si no se conserva del todo bien es porque sufrió los embates del agua cuando el río penetró en su casa aquí en Camagüey, en ocasión del destructor ciclón Flora.

Aquella niña es hoy una mujer de 53 años, cursó sus estudios en el Instituto de Idiomas Máximo Gorki, de la capital. Al llamado de asumir la labor pedagógica para impartir inglés, no vaciló, dejó la carrera de traductora y se incorporó a la docencia, a la que se mantuvo vinculada durante 16 años, hasta que pasó a atender promoción y relaciones públicas del Grupo de Turismo y Recreación Rumbos, en Camagüey.

Ingresó en los CDR apenas se fundaron, perteneció a la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR), fue militante de la UJC y hoy en el Partido Comunista de Cuba. Ha ocupado responsabilidades políticas y sindicales de base, aunque la salud no la acompaña mucho.

"Yo solamente voy a dejar de ser revolucionaria y de cumplir cualquier tarea, el día que se detenga mi corazón. Mientras mi corazón lata, la Revolución está dentro de mí."