GIRÓN: UNA VICTORIA PARA EL SOCIALISMO

 

Por muchos meses los cerebros de la CIA y del Pentágono elaboran planes y estrategias para una invasión a Cuba. Objetivo: destruir la capacidad defensiva cubana, establecer una cabeza de playa y proceder a eliminar la Revolución. Los expertos de la CIA equivocan sus cálculos en muchos sentidos, pero sobre todo en lo referente a la vulnerabilidad cubana. Núcleos de saboteadores financiados por la CIA infiltrados en Cuba, consiguen realizar algunas actividades terroristas de cierta significación - aunque sólo una mínima parte de lo programado por ellos -, en los días precedentes al ataque, para desestabilizar el orden interno y dividir la conciencia popular, ya cohesionada a favor del proceso revolucionario. Destacan entre esas actividades: la destrucción de la tienda “El Encanto”, cuyos daños se calculan entre siete y ocho millones de pesos; un incendio en la papelera de El Cerro, en La Habana, con pérdidas de 13.000 pesos; actos de sabotaje en la tienda “La Comercial”, en Santiago de Cuba, en diversas instalaciones y en cañaverales.

Pero algo escapa a la CIA y al Pentágono: el pueblo que hace la Revolución, su organización interna y sus posibilidades de controlar y maniatar a la minoría descontenta que pudiera apoyar a un enemigo extranjero. El año anterior han nacido los Comités de Defensa de la Revolución, cuyos núcleos urbanos y rurales despliegan una potencialidad definitiva. Ellos, junto a los organismos militares de diverso orden, todos representantes de la participación y la voluntad populares, constituyen elementos de importancia en la victoria. De ahí que el lenguaje de los partes de guerra, las arengas y comunicados de esos días sea distinto a la jerga militar que conocen los ejércitos tradicionales. Ellos constituyen páginas de una historia que ya se escribe de otra manera en América Latina, a contrapelo de los designios yanquis.

En 72 horas Cuba, sus soldados, sus milicianos y hasta el más humilde de sus civiles, vencen a una fuerza enemiga preparada por connotados cuadros militares y famosos expertos. La logística más desarrollada y la agresividad imperialista fracasan. Lo que desearon fuese el principio del fin de la Revolución socialista de Cuba, se convierte en una de sus más sonadas victorias. Girón es una batalla ideológica: quienes la protagonizan en los puntos tocados por la metralla, quienes mueren en ella y quienes, desde muy diversas actividades, contribuyen a la victoria, ya son soldados del socialismo.