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LUNES 24 DE DICIEMBRE

En la noche del 23 al 24 Fidel reparte entre los combatientes uniformes, frazadas y botas que se han conseguido por intermedio de Mongo Pérez.

Apunta Raúl en su diario:

Estamos bien equipados para internarnos de lleno en la Sierra. Llevamos hasta para dos compañeros que recogeremos más adelante: los dos Carlos.

En efecto, Calixto García y Carlos Bermúdez, cumpliendo una orden de Fidel, se han mantenido en Manacal en espera de que el destacamento abandone la casa de Mongo Pérez. La intención es que se incorporen más adelante, para no comprometer la seguridad del grupo con un nuevo traslado innecesario de combatientes que, en definitiva, están también en un lugar seguro.

Ya para esta fecha, Fidel cuenta con la incorporación de un grupo de campesinos que han manifestado su disposición a seguir con la guerrilla. De ellos, Guillermo García, Ignacio Pérez y Manuel Fajardo están dedicados al rescate de la mayor cantidad de armas posible, y no podrán acompañar al destacamento en los primeros momentos. De la casa de Mongo partirán, además de los quince expedicionarios allí reunidos, Crescencio Pérez, su hijo Sergio –quien desde hace varios días se ha integrado al campamento- y Manuel Acuña, que será el práctico durante las jornadas iniciales.

Volvamos al diario de Raúl:

Hoy temprano nos mudamos para un cafetal en el que habíamos estado antes. Por la noche nos iremos de la zona.

Desde temprano estamos improvisando mochilas de sacos de henequén para llevarlas a las espaldas y tener en las manos sólo el fusil. Desde temprano se oyen algunos cohetes que algunos muchachos hacen estallar en la lejanía.

Aunque a los combatientes quizás los absorben otras preocupaciones, es Nochebuena y Mongo Pérez quiere agasajar a sus huéspedes. Según Raúl:

Por la noche nos pusimos en una hondonada, unos 400 metros de aquí, cerca del arroyo y como a las 9 vinieron con un lechoncito asado en púa, envuelto en una yagua; lo comimos con casabe y algunas botellas de vino que nos trajo Monguín, él mismo picó el lechón, con los tragos y la alegría de charlar un rato en esta Nochebuena tan típica de guerrilleros, alzamos algo la voz alrededor de la vela que teníamos encendida. Calixto [Morales] improvisó algunos versos y pasadas las 10 se fueron los anfitriones y nos retiramos a dormir.

En definitiva, Fidel ha decidido por la tarde esperar un día más, pues hay noticias de que vienen en camino otros expedicionarios y se aguarda la llegada de un enviado del Movimiento desde Manzanillo.

Ese día, Che anota en su diario:

Apareció en un periódico la noticia de que viene en la expedición un argentino comunista de pésimos antecedentes, expulsado de su país. El apellido, por supuesto, Guevara.